Isaías Bravo

Desarrollo rural sustentable
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Origen: Ashoka

Cuando Isaías se encontraba trabajando en una forestal, conoció a la organización Balloon Latam que se hospedaba en su lugar de trabajo y  debido a su curiosidad comenzó a investigar de qué trataba. Luego de un tiempo, decidió dejar aquel trabajo y comenzar un emprendimiento de 33 hectáreas de cultivo de limones para generar empleo en la zona, asimismo, se inscribió en una de las convocatorias de Balloon para participar en Cochamó. Para su sorpresa, fue aceptado entre 300 jóvenes y así comenzó su camino de agente de cambio.

 En Cochamó, su forma de ver la vida cambió. En aquel lugar se dio cuenta de la realidad que vivían los sectores rurales en general, y, además, despertó su pasión por la acción social y decidió definitivamente dedicarse a ello. De vuelta de su experiencia con Ballon, comenzó la creación de su proyecto Renacer Esperanza, que se enfoca en el desarrollo rural sustentable, entregando herramientas y conocimientos a las personas, para que puedan ser independientes y crear sus propios emprendimientos.

Actualmente, Isaías se encuentra trabajando para formar una red de productores de frutilla blanca para potenciar el desarrollo de la zona, mejorar la economía y atraer el turismo a futuro. La problemática que busca resolver es la poca visibilidad que tiene este fruto, el cual es muy poco conocido. Su idea es  generar una producción 100% orgánica, más fuentes de empleo y realizar un festival de la frutilla de Coipue. “Busco rescatar el patrimonio genético de la frutilla blanca que, actualmente en Chile, sus cultivos no van más allá de las 5 hectáreas nacional y eso es muy poco”. 

Isaías ha notado el cambio que está generando en su comunidad, cambiando poco a poco la visión que tienen sobre la agricultura. “Los vecinos han ido cambiando la mentalidad y hay varios pidiéndome asesoramiento por la parte orgánica, eso es un gran avance”. El joven de 22 años espera sacar adelante el proyecto de frutillas blancas y que logre ser reconocido a nivel mundial. 

“Me atreví a aventurarme al cambio y  no me arrepiento”. Isaías se recuerda como un niño tímido y de bajo perfil, por lo que haber dejado sus miedos e inseguridades atrás fue fundamental para convertirse en un joven agente de cambio. Desde su experiencia, aconseja a los jóvenes salir de la zona de confort, ver la realidad en terreno y escoger un problema, pero que se comprometan a resolver, aunque sea una parte de él. “Sueña en grande, lucha por tus sueños, nunca te rindas. Mientras el sol salga cada mañana, siempre habrá una oportunidad de volver a empezar”.