Historia seleccionada
Henry De Sio in La Nación
Origen: Henry De Sio in La Nación

Las virtudes que tiene que tener un líder para impulsar cambios positivos

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Henry de Sio, ex jefe de campaña de Obama y actual director global de Ashoka, enumera las condiciones que demanda el mundo actual para ser exitoso

Por: Dolores Caviglia
Henry de Sio sabe hacia dónde mirar. En un mundo que funciona cada vez más de manera horizontal, entiende que la pirámide gerencial ya no sirve, que los jefes totalitarios son cosa arcaica, que para avanzar es necesario que todos tomen las riendas del asunto, cualquier asunto, y comiencen a empujar hacia el mismo lado, al mismo tiempo.

Eso lo aprendió con Barack Obama , en los años que estuvo junto a él, desde marzo de 2007, cuando se convenció de ser el jefe de operaciones de la campaña de un senador de Illinois que soñaba con la presidencia, hasta junio de 2011, mes en que abandonó laCasa Blanca con un objetivo en mente: expandir la experiencia democrática al mundo, en todas áreas, generaciones, nacionalidades.

Entonces decidió involucrarse en Ashoka, una organización global que aboga por una cultura emprendedora y innovación social, que tiende puentes entre todos los actores de la sociedad para estimular las redes. Lo que de Sio busca es que los ciudadanos tengan una mirada y una mente innovadoras, un corazón de servicio, un espíritu emprendedor y una visión colaborativa.

En su visita al país, en el marco de la celebración de los 20 años de Ashoka en la Argentina, se reunió con líderes y referentes de diferentes sectores para conversar sobre la nueva era en la que vivimos y habló con LA NACION a cerca de sus vivencias en la política y de sus metas actuales.

[El director global de la estrategia Framework Change de Ashoka]
El director global de la estrategia Framework Change de Ashoka. Foto: Twitter

¿Cómo fue la experiencia de trabajar con Barack Obama?

Cambió mi perspectiva, mi mirada. Mi visión de líder hasta entonces era unipersonal, la de un líder que tiene personas debajo. Tenía el chip con el que todos crecimos.

En un principio, la campaña empezó tranquila, pero con el tiempo creció y entonces necesitamos cambiar. Tuvimos que abrirnos y modificar ese modelo de único líder por uno de varios. Muchos grupos con muchos líderes, un equipo de equipos, con una arquitectura fluida. Fue una lección poderosa comparar el sistema de un líder con un sistema en que todos tienen responsabilidades y deben empujar para el proyecto. Son maneras opuestas de trabajar.

Pero lo más importante vino cuando dejé de trabajar con Obama y me metí de nuevo en el mundo después de cinco años de campaña y la Casa Blanca. Fuera de mi burbuja, me di cuenta que el mundo también se veía bastante como el equipo Obama. Y entendí que era muy importante repensar todo lo que estábamos haciendo en la sociedad dentro de este nuevo ambiente.

Y en este marco, ¿cómo se dio la transición entre la administración Bush y la de Obama?

Al factor de cambio no le importa la política, es agnóstico. Creo que en 2008 tocamos algo en la sociedad que ni el mundo se dio cuenta, ni siquiera nosotros. Ayudamos e inspiramos a una nueva identidad social, de mente innovadora, espíritu emprendedor, corazón servicial y colaborativo. Este es el ingrediente que los líderes tienen que ver y que traerá cambios positivos.

¿Así era el ex presidente?

Cuando arrancamos a armar la campaña todo era caótico. Teníamos computadoras en cajas pero no servidores, correspondencia pero recién abríamos las cuentas bancarias, no conocíamos nuestros nombres. Sin embargo, recuerdo el mensaje que nos dio. No teníamos reglas ni normas y dijo: "Asegúrense de que todos sean actores, empodérense, respeten a todos y, claro, no hagan drama". Esto significaba dejar tu ego en la puerta y asegurarte de que lo haces tiene que ver con el bien de todos. Y así fue hasta sus últimos días.

Habló de ego y de drama. ¿Piensa que Donald Trump podrá seguir impulsando esta forma de trabajo?

Tengo esperanza en el cambio. Veo nuestra democracia trabajando, gente comprometida, veo agentes de cambio en todos lados. La posibilidad de nuestro futuro, las capacidades emprendedoras que tenemos para cambiar el mundo las veo en Estados Unidos, en la Argentina, en todos los lugares a los que voy. Soy optimista. Veo promesas y desafíos en el nuevo panorama económico. Tenemos que preparar a los más jóvenes para actuar en este nuevo mundo. Acá está mi atención. Debemos hacer todo lo que podamos para ayudar a todo el mundo a jugar en este contexto.

¿Cómo se controla un equipo en que todos son líderes?

Es un desafío. Nuestra mente sigue en el sistema vertical pero nuestras acciones están en el democrático y abierto. Requerimos un nuevo orden; necesitamos otro marco para jugar este juego. En Ashoka trabajamos en esto y vemos cómo los agentes de cambio tienen que trabajar con empatía, cualidad que tiene que ser pilar para convivir en este ambiente en donde los cambios suceden en todos lados. En la nueva dinámica todos son jugadores y buscan soluciones y también cambios, que son siempre para el bien de todos.

¿La educación es la clave?

El proceso entero de crecer es la clave. Tenemos que asegurarnos de ayudar a los chicos a practicar la empatía desde muy temprano para que puedan aprender a trabajar en grupos, cultivando la idea de que deberán tener la capacidad de derribar muros y juntar a la gente. Y también debemos ayudar a los jóvenes a encontrar sus poderes, a atacar los problemas, a tener la confianza para hacerlo. Me pregunto si la educación ahora brinda esas herramientas.

A fuerza de tenacidad y repetición, De Sio no duda. El liderazgo todos lo llevamos dentro, es cuestión de identificarlo, orientarlo e impulsarlo. Para el bien de todos, como insiste. Es tiempo de agitar conciencias para que cada cual asumo su rol de líder y cada uno consiga al fin una perspectiva colaborativa. La clave es formar equipos.

¿Cuáles son los proyectos que más interesan a Ashoka?

Personalmente me interesa preparar a los jóvenes para este nuevo mundo. Hay que alertarlos sobre la nueva dinámica, el nuevo juego. Esperando que todos lo vean. Y la otra parte importante es cómo se verá el proceso educativo. Visitamos una escuela en Bariloche y fue fantástico porque me encontré con un grupo de gente con alto nivel de confianza que tenía respeto y aprendían entre ellos, incluso fallando pero alentándose. Vimos la experiencia de la empatía, de trabajar en equipo. Todos eran contribuyentes con sus capacidades en juego para ayudar a todos. Me interesa expandir esta experiencia lo más rápido posible.

¿Y qué rol juegan las nuevas tecnologías?

El desafío es poner tus capacidades a trabajar para el beneficio de todos. Si no lo haces, estarás por fuera de la sociedad. El paisaje trae cambios de todo tipo. Por ejemplo, mucha gente pensó que la campaña de Obama era novedosa por el uso de media, peroTwitter no era parte de nuestra campaña en 2007. No era eso lo que la hizo innovadora. Fue el hecho de que tenía agentes de cambio, gente que derribaba muros todo el tiempo y armaba nuevas combinaciones para resolver problemas. Cuando derribas muros y juntas gente, ocurre la innovación. Y a veces la tecnología ayuda a derribar esas paredes.

¿De qué forma se define un agente de cambio?

La empatía es clave. Por dos razones: los grupos de grupos son muy interactivos y como además las reglas cambian con el tiempo representan un desafío para quien las hace. Por eso la empatía es piedra fundacional. Aparte, hay que repensar el término de trabajo en equipo. No se trata de responsabilidades individuales, se trata de que todos se involucren. Tenemos que encontrar nuestras pasiones, identificar en qué somos buenos para brindar eso en cada situación que precisemos.

¿Cuáles son las preguntas que los interesados traen a Ashoka?

Trabajamos en varios sectores, con líderes de empresas, universidades, medios de comunicación. Nosotros tratamos de hacerlos ver que estamos en un mundo de agentes de cambio. La audiencia también es agente de cambio. Los estudiantes, los clientes. Cuando lo ven, vienen y nos preguntan cómo poner el talento para ayudar a crear confianza en los integrantes del grupo que se trate.

¿Es un trabajo a largo plazo?

Espero que no sea muy largo porque no tenemos tiempo. No debemos pensar profundamente cómo cambiar escuelas sino encontrar escuelas que sean agentes de cambio para ponerlas como ejemplos. Hacer lo mismo con las compañías. Tenemos ministras de Educación de cuatro países que nos dijeron algo así como que el factor de cambio es el nuevo liderazgo. Esto es muy importante para comprender que hay que tener nuevas habilidades para este nuevo mundo. El término changemaker tiene muchos usos alrededor del mundo y en los últimos años. Creo que esto va a pasar muy rápido, más rápido de lo que pensamos.

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