"Ellas psicopedagogas y yo con expertise en marketing, combinados se recontra potenciaban"

Beatriz Diuk
Source: Beatriz Diuk
August 5, 2016

Luego de que Beatriz Diuk se incorporara a la red de emprendedores sociales de Ashoka a fines de 2014, se comenzó a buscar un mentor que pudiera acompañarla en el armado de una estrategia para lograr el crecimiento de DALE!, una metodología muy eficaz para enseñar a leer y escribir a niños que pasan de grado y aún no lo hicieron.

Por su lado, Gustavo Schickendantz llegó a Ashoka luego de varios viajes por el mundo, donde desarrolló su carrera de marketing y negocios. Una vez en Argentina, sus ganas de hacer algo por el bien común, que lo acompañaban desde chico, lo llevaron a contactarse con Matías Kelly, director de Ashoka en ese entonces. Ashoka lo conectó con Beatriz y ellos hicieron el resto.

1)      Desde que comenzaron a trabajar juntos, ¿qué creés que cambió para DALE!?

B: El trabajo que hicimos con Gustavo nos reposicionó absolutamente. Nos ayudó a tomar conciencia de la envergadura de lo que ya habíamos hecho, lo cual es muy importante, y nos ayudó a definir hacia dónde queríamos ir. Nos guió para generar estrategias para hacerlo. La verdad es que hubo un crecimiento muy importante para DALE! desde que empezamos la mentoría junto a Gustavo. 

Fue una verdadera mentoría: nos ordenó. De los tres campos en los que estábamos trabajando nos hizo elegir uno, por más de que no era el que a él más le interesaba. Nos ayudó a crecer en la dirección en la que nosotras queríamos crecer, no en el sentido en que él quería. 

G: Más allá de los puntos referenciales que les pude dar sobre cómo hacer crecer a DALE! y hacerlo escalar, creo que sobre todas las cosas les di seguridad para animarse. Iban con convicción de que estaba bueno lo que estaban haciendo pero se quedaban cortas en dimensionarlo hacia un gran impacto. Las animé a pensar en grande, a racionalizar, a repensarse y poner la vara un poco más alta.

Creo que en el proceso lo más valioso fue que se empezaron a dar cuenta de que podían ir por más.

 

Gustavo Schickendantz2) ¿Por qué creés que es importante que personas como Gustavo, con expertise en el ámbito de los negocios, se involucren con emprendedores sociales? 

B: Me parece que tienen mucho para aportar. El diálogo entre las distintas miradas es muy rico. Hubo cosas en las que él hacía propuestas y nosotras le decíamos que en el campo educativo no iba a andar. Pero en cuestiones de organización, estrategia, formas de abordar los problemas nos ayudó a avanzar muchísimo. Él lo tiene muy claro. Nosotros venimos del campo de la educación, no del emprendimiento. Y hay cosas que a uno no se le ocurren y que sí hacen al expertise de él. 

 

3) ¿Qué creés que le aporta el contacto con DALE! a Gustavo? 

B: Lo que él nos transmitía todo el tiempo era que para él era muy enriquecedor (el proceso de mentoría). Todo lo que él sabía no solo podría cumplir una función específica, sino que puede servir para un montón de gente que lo necesita. Lo alegraba que nosotros fuéramos creciendo. Lo hizo con muchísimo compromiso, nos impresionó el tiempo que dedicó al proyecto. Hoy seguimos en contacto, lo llamamos muchas veces para consultarle cosas concretas o para contarle buenas noticias, porque nosotras vemos todos los días todo lo que el proyecto ha crecido desde que trabajamos con él pero él no.

G: Me reenamoré de mi propia profesión. En el mundo de los negocios uno piensa que no tiene tanto para aportar. Pero me di cuenta que la lógica de los negocios aplicada a lo social es muy valiosa y que es realmente aplicable. En la experiencia vi lo importante que era mi contribución. Cualquier persona que haya estado en un puesto mediano en una corporación con 2 o 3 años de experiencia puede dar un impulso enorme a un proyecto social. Es un aporte fundamental, y no tiene q ser un CEO. Fue un descubrimiento muy gratificante: así como puedo aplicar mi conocimiento para que alguien tome una marca de cervezas en vez de otra, puedo movilizar a la gente a tomar conciencia sobre estos temas.

 

¿Qué habilidades creés que fueron necesarias para colaborar?

B: Algo que él hizo muy bien fue que no vino con actitud de “yo sé todo y les vengo a enseñar”. Sino, “yo sé algo, a ver si a ustedes les sirve”. Siempre vino con muchísimo respeto y muchísima humildad, lo que facilitó mucho la articulación. Nos mostró mucha valoración hacia lo que hacíamos y una actitud de entendernos y conocer a la organización, para aportar desde ahí. Fue súper importante para que no hubiera resistencias y para que se pudiera trabajar. Sobre todo en el principio, después ya fluyó.

Esto surge también gracias al trabajo de Ana, de Ashoka, quien tuvo mucha escucha para ver cómo nos podía ayudar. Tomó un tiempo pero encontró exactamente lo que necesitábamos en ese momento.

G: Es lo más lindo de todo. Yo soy una persona altruista pero vengo de un mundo más superficial, de la corporación. Y de repente estaba compartiendo mesa con mujeres de mucho pulmón, del mundo social, que compartían conmigo vivencias más humanísticas. Las dos experiencias se complementaron mucho. Y me implicó un aprendizaje enorme. Ellas psicopedagogas y yo con expertise en marketing, combinados se recontra potenciaban. A veces está bueno ir al llano pero también mantener la mirada del helicóptero.